jueves, 28 de noviembre de 2013

Roles y funciones del psicopedagogo

Todo orientador, a la hora de asesorar, debe partir de una postura constructivista, es decir,intentar potenciar el buen funcionamiento de los mecanismos y recursos del propio centro, propulsar la confección coherente del proyecto de centro y el compromiso de su aplicación, proponiendo sólo en última instancia medidas excepcionales. Al mismo tiempo debe mejorar la coordinación entre ciclos y departamentos, mejorando la calidad y capacidad educativa de los centros y su potencialidad preventiva, evitando la estigmatización de algunos alumnos y aumentando la eficacia de las intervenciones sobre los problemas de aprendizaje y de comportamiento en el aula.
Para conseguir que el centro desarrolle al máximo sus potencialidades el asesor debe:
-Partir de su situación previa: concepciones del profesorado sobre los procesos de enseñanza- aprendizaje y sobre el currículum, de sus prácticas educativas y del modelo organizativo y de gestión.
-Auxiliar al equipo directivo a tomar decisiones ajustadas a los objetivos perseguidos y a las características del centro, con atención especial a los proyectos de centre.

-Favorecer la  eficacia de las reuniones, la corresponsabilidad en el cumplimento de los acuerdos, el seguimiento de las acciones iniciadas y la evaluación.
-Facilitar la creación de redes de comunicación entre todos los agentes de la comunidad educativa y su fluidez.
-Ayudar a los docentes a analizar y reflexionar de manera compartida sobre sus prácticas cuotidianas para  potenciar la significatividad de los aprendizajes.
-Evaluar a los alumnos para ver el tipo y la intensidad de las ayudas que necesitan para progresar, priorizando siempre apoyos ordinarios (horas de refuerzo, adaptación de material o metodológicas…).
-Promocionar la autonomía profesional de los profesores/as.
Además de estas consideraciones, el psicopedagogo debe asegurarse de compartir el significado y el sentido de la intervención psicopedagógica, es decir que debe pactar con los implicados las funciones y responsabilidades que cada uno tendrá haciendo hincapié en la necesidad de cooperación real. Esto implica, a su vez, aclarar límites, evitar la demanda continúa de recetas y soluciones inmediatas, rechazar las relaciones de dependencia, conseguir de manera gradual la autonomía de los profesores para tomar decisiones y también la autonomía de la comunidad escolar.
Es fundamental que el orientador colabore activamente con profesionales de otros sistemas per identificar variables relevantes. El asesor tendrá que conocer y potenciar, o reformular, las modalidades y la eficacia de las redes de comunicación que hay entre los diferentes sistemas, internos y externos, y explotar sus efectos durante una intervención
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